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Cloud y el futuro de la impresión

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El teletrabajo, o trabajo a distancia, permite trabajar en un lugar diferente a la oficina. La pandemia del COVID-19 ha dado un impulso al teletrabajo demostrando que puede ser una forma eficiente de optimizar recursos y tiempos. El teletrabajo tiene una serie de beneficios tanto para el trabajador como para la empresa. El trabajador tiene […]

El teletrabajo, o trabajo a distancia, permite trabajar en un lugar diferente a la oficina. La pandemia del COVID-19 ha dado un impulso al teletrabajo demostrando que puede ser una forma eficiente de optimizar recursos y tiempos.

El teletrabajo tiene una serie de beneficios tanto para el trabajador como para la empresa. El trabajador tiene mayor flexibilidad de horarios, y facilidad para conciliar la vida laboral y personal. La empresa no esta limitada por la situación geográfica y podría optar a candidatos de otras zonas.

Está claro que hay empresas y trabajadores que se decantan más o menos por el teletrabajo. Puede ser incluso que el modelo ideal sea un hibrido donde se combina teletrabajo con trabajo en la oficina. Pero lo que está claro es que no todos los trabajos pueden realizarse de forma remota, hay veces que es indispensable estar presente.

Pero ¿ocurre esto con la impresión 3D? ¿Se puede realizar teletrabajo si trabajas con impresoras 3D? ¿Es necesario llevarse una impresora a casa 3D para poder trabajar?

Las impresoras 3D han evolucionado mucho en poco tiempo, e igual que la sociedad, han tenido que evolucionar para permitir el teletrabajo. Las impresoras más modernas permiten un control y uso remoto completo. Cuando hablamos de un control remoto real debemos tener en cuenta que se ha de poder imprimir sin la necesidad de haber una persona presente con el equipo. Por lo tanto, las impresoras deberán tener ciertas características que permitan esta función.

¿Qué necesita una impresora 3D para poder trabajar a remoto?

Las impresoras 3D se suelen dejar con el material cargado, por lo tanto, no es algo que debería preocupar. Pero si hay que tener en cuenta los preajustes iniciales que requieren las impresoras. Uno de los más importante es el que se conoce como calibrar la impresora 3D. Es importante que sea completamente automático y no asistido, ya que una calibración asistida requiere una persona presente.

Otro factor importante es la superficie de impresión, debe ser una superficie que no requiera aditivos ni ningún proceso manual para poder imprimir. Normalmente las impresoras 3D que permiten trabajar de forma remota incorporan una cámara web en la propia impresora para poder controlar el proceso. Pero no hay que fiarse, ya que muchas impresoras permiten enviar el archivo 3D a la impresora de forma remota pero luego requieren estar de forma presencial para iniciar la impresión 3D.
A no ser que sean impresoras 3D diseñadas para sistemas de producción, las impresoras 3D por norma general no retiran la pieza impresa de forma automática. Hay empresas que combinan brazos robóticos con impresoras 3D para automatizar este proceso, pero es un procedimiento bastante complejo.

Hay que tener en cuenta que las impresoras 3D tarde o temprano van a requerir estar presente. Quitar la bandeja de la superficie de impresión, cambiar el filamento, hacer el mantenimiento, etc., son tareas que requieren un operario. Así que no se debe enfocar como que las impresoras 3D son unidades que pueden estar completamente aisladas y utilizadas de forma remota.
Un ejemplo sería una tener un equipo de diseñadores con una impresora 3D que utilizan para hacer mejoras de componentes impresos en 3D. Este equipo de diseño 3D tiene una propia impresora 3D con las que realizan prototipos y pruebas. Una vez se valida un diseño, este equipo de diseñadores puede poner a imprimir de forma remota todas las impresoras 3D en las distintas líneas de producción o departamentos que hay en todas las fábricas que tienen. De esta forma, el equipo de diseño puede estar en EEUU y poder fabricar en España. Lo único que hay que tener son equipos que permitan la impresión remota y que sean unidades con una alta repetibilidad.

Es importante que sean equipos con alta repetibilidad ya que lo que se imprime en una impresora debe ser lo mismo que se imprima en otra impresora. Para ello es importante tener un entorno controlado. En definitiva, hay que ver las impresoras como una extensión del diseñador o ingeniero. Aprovechar la capacidad de impresión remota para montar una red o infraestructura descentralizada de impresoras 3D. Ya es una realidad que una empresa pueda tener impresoras 3D distribuidas por diferentes departamentos o incluso países y pueda gestionarlas todas a la vez.

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